La verdadera historia de Montañita

La verdadera Montañita

Cuando me mudé a Montañita en 2007, me enamoré totalmente de sus coloridas calles llenas de arena, su música y su vibra hippie. Actualmente, ha cambiado mucho en infraestructura pero nunca perdió esa magia, no hablo de la vida nocturna, sino más bien de la gente y la sensación que tuve desde la primera vez de "libertad".

 Al ser una ciudad muy multicultural, atrae a nacionalidades de todo el mundo, hay una gran variedad de restaurantes con ofertas gastronómicas locales e internacionales, se puede ver a gente de diferentes razas, culturas y religiones compartiendo en la playa, siempre se oye a la gente hablar en diferentes idiomas y las risas suenan fuertes y alegres.

Los atardeceres te cautivan y te muestran la verdadera magia de Montañita, a veces nos preguntan ¿cómo se puede vivir en un lugar tan activo? bueno la diferencia entre la mayoria de la gente que vive aqui y los que la visitan, es que nosotros vivimos una vida normal, con una cierta rutina, tenemos que trabajar todos los dias, por lo que nuestras actividades nocturnas son limitadas, de hecho algunos trabajan por las noches en los restaurantes y bares, puede que hagamos mucho deporte durante el dia pero tambien trabajamos duro, aprovechamos el invierno para reunirnos mas con nuestros amigos y el verano para trabajar y ahorrar, ya que el turismo es fluctuante y estacional.

La mayoría de los lugareños no viven en el centro de la ciudad, sino en los alrededores o en pueblos como Olon y Manglaralto, así que todos los días nos desplazamos al trabajo, a veces ni siquiera voy a la ciudad. El encanto es poder conocer gente nueva cada día, aprender del mundo entero en una charla, la mayor parte del tiempo trabajamos con gente feliz y motivada por conocer nuestra cultura, nuestro país, al final del turno podemos descansar en la playa, sentir el sol en nuestra piel, relajarnos con nuestras mascotas, dar largos paseos, hacer yoga, meditación, reconectar con la naturaleza a través del surf o un simple paseo por las colinas.

Para una persona que vive en una gran ciudad puede parecer que no hay mucho que hacer, pero para nosotros esta vida tranquila, con el mar a pocos pasos de la puerta de la oficina, es suficiente y lo más importante es que somos libres, cada visitante también es libre, libre de elegir cómo disfrutar de este paraíso, no hay discriminación, a la gente le encanta recibir al turista con los brazos abiertos, la naturaleza es hermosa, el resto es totalmente tu decisión.